Análisis de anticuerpos contra el VIH-1 y el VIH-2

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) provoca una enfermedad infecciosa que ataca el sistema inmunitario. Si no se la trata, puede convertirse en el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), una enfermedad prolongada y mortal. 

El VIH se contagia mediante el contacto sexual vaginal, oral o anal. 

También puede contagiarse a través de la sangre, los productos derivados de la sangre, el uso de drogas inyectables y la leche materna.

Pruebas ELISA y de inmunotransferencia

Para detectar el VIH, se realiza una serie de análisis de sangre. El enzimoinmunoanálisis de adsorción (ELISA o EIA) es el primer análisis que pedirá el médico. 

La prueba ELISA y la prueba de inmunotransferencia permiten detectar anticuerpos contra el VIH en el organismo. Los anticuerpos son proteínas que produce el sistema inmunitario como respuesta ante la presencia de sustancias extrañas como los virus. 

Si el resultado de la prueba ELISA da positivo para el VIH, el médico pedirá una prueba de inmunotransferencia para confirmar si está infectado con este virus.

Uso

Las pruebas ELISA y de inmunotransferencia se recomiendan si estuvo expuesto al VIH o tiene riesgo de contraerlo. Entre las personas que tienen riesgo de contraerlo, se encuentran las siguientes:

personas que consumen drogas por vía intravenosa

personas que tiene relaciones sexuales sin protección, sobre todo con alguien que tiene el VIH o no sabe que lo tiene

personas que tuvieron enfermedades de transmisión sexual (ETS)

personas que recibieron transfusiones sanguíneas o inyecciones de factores de coagulación de la sangre antes de 1985

Aunque no forme parte del grupo de riesgo, puede hacerse la prueba si piensa que puede estar infectado. Se recomienda realizar la prueba de manera periódica si tiene conductas de alto riesgo, como consumir drogas por vía intravenosa o tener relaciones sexuales sin protección.

Preparación

La prueba ELISA o la prueba de inmunotransferencia no requieren preparación. 

Si bien la extracción de sangre se realiza en muy poco tiempo, obtener los resultados puede llevar varios días o varias semanas. Infórmele al médico si tiene fobia a las agujas o si se desmaya al ver sangre.

Procedimientos

Antes de realizar estas pruebas, probablemente deba firmar un formulario de consentimiento. 

Deben explicarle en qué consiste la prueba y el procedimiento. 

El procedimiento para obtener la muestra de sangre es el mismo para ambas pruebas. 

El médico hará lo siguiente:

le limpiará la parte interna del brazo con una solución para eliminar bacterias o gérmenes que pueden causar una infección

le colocará un torniquete o una banda elástica alrededor del brazo para que las venas se llenen de sangre

punzará con una aguja una de las venas y extraerá una pequeña muestra de sangre en un tubo

le quitará la aguja y aplicará un apósito

Luego de la extracción, le pedirá que eleve o flexione el brazo para reducir el flujo sanguíneo. 

La extracción de sangre no es dolorosa, aunque quizás sienta ardor o un pinchazo a medida que la aguja ingresa en la vena. Quizás sienta que el brazo le late levemente luego del procedimiento. 

La muestra de sangre se enviará al laboratorio para su análisis. Para la prueba ELISA, el técnico de laboratorio coloca la muestra en una placa de Petri que contiene antígeno del VIH. 

Un antígeno es una sustancia extraña, como un virus, que provoca la respuesta del sistema inmunitario. Si la sangre extraída contiene anticuerpos contra el VIH, se unirá al antígeno. 

Para verificar esto, el técnico agregará una enzima a la placa de Petri y observará cómo reaccionan la sangre y el antígeno. 

Si el contenido de la placa cambia de color, quizás tenga el VIH. El proceso general para la prueba de inmunotransferencia es similar. Sin embargo, el método de inmunotransferencia es más complicado. 

Consiste en dividir la muestra para VIH en las proteínas que la componen mediante una corriente eléctrica. Luego, estas proteínas se trasladan a un tipo especial de papel (transferencia) para que reaccionen con la muestra de sangre. 

Se utiliza una enzima para provocar el cambio de color y detectar los anticuerpos.

Riesgos

Estas pruebas son muy seguras, pero pueden producirse algunas complicaciones poco frecuentes. Por ejemplo:

sensación de aturdimiento o desmayo, sobre todo si tiene fobia a las agujas o a la sangre

infección en el lugar de la venopunción

hematoma en el lugar de la punción

problemas para detener la hemorragia

Recuerde hablar con el médico si tuvo problemas con extracciones de sangre en otras ocasiones, si presenta hematomas con facilidad o si tiene algún trastorno hemorrágico como hemofilia. Comuníquese con el proveedor de atención médica de inmediato si manifiesta síntomas de alguna de estas complicaciones.

Resultados

Si el resultado de la prueba ELISA es positivo para el VIH, es posible que esté infectado con el virus. 

Sin embargo, a veces se producen resultados positivos falsos. 

Esto significa que el resultado indica que tiene el VIH, pero en realidad no es así. En este caso, es necesario realizar más análisis para confirmar si tiene la enfermedad. 

Por ejemplo, si tiene enfermedad de Lyme, sífilis o lupus, la prueba ELISA puede arrojar un resultado positivo falso para el VIH. 

En caso de que el resultado de la prueba ELISA sea positivo, el médico le pedirá que se realice una prueba de inmunotransferencia. 

Si el resultado de la prueba de inmunotransferencia es positivo para el VIH, probablemente esté infectado con el virus. A veces, el VIH no aparece en la prueba ELISA aunque esté infectado. 

Esto puede ocurrir si la infección está en la etapa inicial, cuando el organismo aún no ha producido la cantidad suficiente de anticuerpos contra el virus para que la prueba los detecte. 

La etapa inicial de la enfermedad, en la cual la persona tiene el VIH pero el resultado da negativo, se conoce como "período de ventana". 

Según los Centers for Disease Control and Prevention [Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, CDC], el período de ventana de una persona generalmente es de entre dos y ocho semanas, y el promedio es de 25 días. 

Sin embargo, en casos poco frecuentes, algunas personas pueden tardar hasta seis meses en producir anticuerpos (CDC, 2010).

Tratamiento poshospitalario

Aunque ambas pruebas son sencillas, esperar el resultado puede generar ansiedad, y obtener un resultado positivo puede ser abrumador en el plano emocional. 

El médico puede derivarlo a profesionales especialistas en asesoramiento psicológico o a grupos de apoyo para personas con VIH. 

Aunque el VIH es muy peligroso, existen medicamentos que pueden evitar que la enfermedad avance hasta convertirse en SIDA a fin de que pueda tener una vida plena. 

Cuanto antes se detecte el VIH, antes podrá comenzar el tratamiento para prevenir las complicaciones de salud o la transmisión de la enfermedad a otras personas.

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