lunes, 20 de mayo de 2013



6 tips para mejorar tu salud



Sigue estos seis consejos sobre ejercicio, dieta, nutrición, salud sexual y más. ¡Verás que estarás más saludable!





Tip 1 para mejorar tu salud. VISITA AL GINECÓLOGO

De todas las edades, las mujeres que ya hayan comenzado su vida sexual, deben someterse a pruebas de detección precoz de cáncer de cuello de útero. Estudios afirman que más de el 50% de las féminas que han hecho este támite anteriormente, pueden evitar sufrir este mal. Se recomienda realizar una visita alginecólogo al menos una vez por año. De igual manera, las mujeres a partir de los 40 años deben realizarse una mamografía semestral.



Tip 2 para mejorar tu salud. ALIMÉNTATE ADECUADAMENTE

La base para sentirse bien y en forma, es una buena alimentación. Procura comer muchas frutas, verduras y hortalizas variadas, y al menos 5 raciones diarias. Y así también, limita el consumo de alimentos con grasas de origen animal.



Tip 3 para mejorar tu salud. SIEMPRE EN MOVIMIENTO

Además de una buena alimentación, es necesario que tu cuerpo siempre se mantenga en constante movimiento. Realiza algún ejercicio de intensidad moderada a diario, o en su defecto, camina media hora diaria.



Tip 4 para mejorar tu salud. NO COMAS DE MÁS

Al comer en exceso lo único que conseguirás será un sobrepeso y la obesidad. Para que esto no pase, come equilibradamente y no te dejes subir de peso sin hacer nada por evitarlo.



Tip 5 para mejorar tu salud. OJO CON EL SOL

Evita la exposición excesiva al sol. Es especialmente importante proteger a niños y adolescentes. Las personas que tienden a sufrir quemaduras en la piel, deben protegerse toda la vida.



Tip 6 para mejorar tu salud. "NO" AL ALCOHOL

Procura beber un trago al día y no más. Al hacerlo, no sólo estarás reduciento tus posibilidades de padecer alcoholismo, sino que además, bajarás de peso notablemente.





15 tips para cuidar la salud mental

Somos mucho más que un tratado de anatomía. Atender y mimar al corazón, la mente y el espíritu es importante para prevenir enfermedades y multiplicar el bienestar. 




Mantener el estrés bajo control es uno de los puntos fundamentales para estar mejor. Tanto en el trabajo como en el hogar se multiplican los factores que ayudan a desequilibrarnos. Cómo empezar a cortar con el problema.


1) Aprendé a detectar los síntomas del estrés. Aminorar sus efectos negativos es indispensable para un bienestar completo. Si tenés dolores de cabeza, de espalda, insomnio, apatía, pesadillas y cambios de humor, podés estar sufriendo de estrés. Consultá a un médico ya.

2) Alertas. Si tenés una úlcera, caída del cabello, sarpullidos, constipación, diarrea, anorgasmia o compulsión a comer, podría ser indicación de que el problema radica en tu mente antes que en su físico. Visitá a un profesional.

3) Un buen estado físico ayuda a manejar niveles lógicos de estrés. Una dieta sana, menor consumo de alcohol, abandonar el cigarrillo, disminuir el café y hacer ejercicios también colaborarán con tu salud mental.

4) Escuchá música. En casa, en el trabajo, en el colectivo. La música que prefieras. Podés llegar un aparato reproductor portátil y poner así un agradable filtro entre los agresivos ruidos de la “civilización” y tu cerebro.

5) Programá tus recreos. Así como en el colegio cada 45 minutos nos daban permiso para salir a jugar, como adultos tenemos la misma necesidad. Interrumpí tus tareas, estirate, distraete. Rendirás más y mejor.

6) Tomate tu tiempo para comer. Engullir la comida a grandes bocados no es lo mejor para tu sistema digestivo; tampoco para tus niveles de estrés.

7) No sobredimensiones las malas noticias. Todo el mundo tiene problemas, sean afectivos o laborales. Y además, vivimos en una sociedad muy compleja. Si uno se engancha, dan ganas de irse a vivir a Marte. La realidad es seria, pero no terrible. Y también existen las buenas noticias.

8) Viejo proverbio chino. Repetilo: “Si el problema tiene solución, no tiene sentido preocuparse. Si el problema no tiene solución, tampoco tiene sentido preocuparse”. Te ayudará a encontrar más rápido una salida o te permitirá encarar el asunto desde otra perspectiva, sin pánico.

9) Concedete caprichos. Cada tanto, un masaje porque sí, un baño de inmersión, la compra de algo no planificado, una salida espontánea y otras variantes ayudan a relajar la mente. No se puede vivir siempre con la disciplina de un monje tibetano. Es estresante.

10) Respirá. Ante situaciones de estrés, el cuerpo humano reacciona igual que lo hacía hace miles de años en presencia de un predador: lleva la sangre a los miembros inferiores y genera una respiración agitada y superficial. Si respirás profundamente ante un inconveniente, podrás analizarlo con más calma.

11) El cerebro no es un músculo, pero no está mal entrenarlo. Participá en juegos que te exijan pensar, leé, disfrutá buen cine, anotate en un curso de algo que te guste. Un cerebro entrenado tarda más en mostrar signos de deterioro.

12) Establecé prioridades. Una meta a lograr es trabajar con inteligencia, utilizando la tecnología, delegando responsabilidades, con un plan de tareas y de objetivos. Con prioridades claras nos preocuparemos más por lo que importa y menos por lo superfluo.

13) El entorno es muy importante. Si bien a veces no hay más remedio que trabajar ocho horas por día en una oficina sin ventanas, o el presupuesto alcanza sólo para un dos ambientes con vista al pozo de luz, siempre queda el recurso de poner una planta, pintar con colores claros, elegir un cuadro que invite a soñar.

14) Disfrutá la naturaleza. Un paseo por la playa, un día de campo, una excursión al parque pueden hacer más por su salud mental que supuestas distracciones propias de las grandes ciudades, como ir al shopping, hacer cola para conseguir entradas a un evento multitudinario o tomar café tras café en un bar con el humo de los colectivos en la nariz.

15) Respetá tus horarios y programaciones vinculadas a tareas y compromisos, pero sé flexible si una eventualidad te impide cumplir con lo planeado. La rigidez extrema sólo ayudará a alterar tu equilibrio mental.


Coleccionable VIDA SANA. Clarín+ ByD Contenidos

Elimine el sobrepeso

El sobrepeso es un gran problema para muchas personas y se considera que es uno de los más graves problemas de salud pública. 

Incluso se habla de la obesidad como una "epidemia" que amenaza la salud de grandes y chicos ya que está relacionada con el desarrollo de infartos, diabetes, hipertensión arterial, problemas de los huesos y la columna, así como con un mayor riesgo de cáncer.

La obesidad está catalogada por la Organización Mundial de la Salud como una enfermedad crónica, esto quiere decir, que requiere control de por vida, al igual que la diabetes o la hipertensión arterial. 

Se habla de sobrepeso cuando alguien tiene un IMC (Índice de Masa Corporal—una medición de grasa en el cuerpo que toma en cuenta el peso y la estatura) de más de 25 y menos de 29.9. 

Una persona tiene obesidad cuando su IMC es mayor de 30.


¿Por qué subimos de peso?

Las causas de la obesidad son muchas. Algunos factores que nos ayudan a subir de peso son la herencia, la falta de actividad física, el comer más calorías de las que gastamos, y una vida sedentaria. 

También puede existir algún problema hormonal o metabólico que nos hace subir de peso y esto lo debe consultar con su médico. Pero, por lo general, todos podemos bajar de peso si comemos menos y hacemos más ejercicio.

Cuando tenemos tendencia a engordar, nuestro cuerpo tiende a “guardar" mucho de lo que comemos, incluso se habla de la teoría del “gen ahorrador" según la cual los cuerpos de muchos de nosotros están ya programados a optimizar el uso de la energía almacenando todo lo que pueda para cuando exista una emergencia. 


Por eso es que cuando dejamos de seguir un programa para bajar de peso y comenzamos a comer mucho de nuevo dejando de hacer ejercicio, se presenta el llamado “rebote", haciendo que subamos más de lo que habíamos perdido. 


Es entonces cuando comenzamos de nuevo otro programa para bajar de peso y entramos en el ciclo del “yo-yo", subiendo y bajando de peso.


Existe un enorme mercado en el que se venden todo tipo de productos para lograr perder esas libras de más, sin embargo, la mayoría de ellos no funcionan y sólo pueden hacer que pierda su dinero. Algunos productos son peligrosos si la persona tiene una enfermedad crónica.





¿Cómo se puede bajar de peso?

Además de una intervención médica, lo único que nos ayuda a perder peso es comer menos y hacer más ejercicio. Para algunas personas la participación en grupos de terapia psicológica es de gran ayuda para bajar de peso.

Todo esto se logra fácilmente cuando nos comprometemos a realizar un “cambio de hábitos" y decidimos seguir un estilo de vida sano.


¿Qué debo comer?

Existen miles de “dietas" de moda que le prometen bajar de peso rápidamente. Es más, algunas hasta prometen que nunca más recuperará el peso perdido, lo cual es incorrecto.


Algunas recomendaciones generales que le podemos dar para ayudarle a bajar de peso son las siguientes:

  1. Visite a un nutricionista o dietista que le ayude a diseñar un plan de alimentación balanceado y que se adapte a sus necesidades, gustos y presupuesto. De esta manera podrá aprender a alimentarse bien para que baje de peso de una manera saludable.
  2. Trate de hacer 5 comidas pequeñas al día y evite pasar más de 4 horas sin comer.
  3. Coma por lo menos tres o cuatro porciones de fruta al día repartidas en sus comidas.
  4. Coma por lo menos tres o cuatro porciones de verduras al día.
  5. Tome 8 vasos de agua al día.
  6. Coma de preferencia cereales integrales y evite todo tipo de harinas refinadas como pan blanco, galletas y pan dulce.
  7. Limite los postres y productos que contengan azúcar.
  8. Coma alimentos que estén preparados sin grasa, asados, al horno, hervidos y al vapor.
  9. Coma pescado tres veces a la semana por lo menos.
  10. Trate de que en cada comida que haga exista una porción de productos animales bajos en grasas como pescado, carne, pollo, huevo o queso bajo en grasa, una ración de cereales (integrales de preferencia) o leguminosas, y una porción de verduras o frutas, y que las porciones que coma no superen el tamaño del puño cerrado de la mano.







Deje de fumar

El hábito de fumar pudo haber comenzado en nuestra adolescencia como una forma de integrarnos a nuestro grupo de amigos o como para demostrarle a todos que ya éramos 'adultos', pero la verdad es que fumar es uno de los hábitos más nocivos, caros y esclavizantes que existen.  
Dejar de fumar es una tarea difícil, pero el daño que causa a nuestra salud es tan grande que de verdad estamos obligados a utilizar todos los medios que estén a nuestro alcance para hacerlo.

¿Por qué dejar de fumar si lo disfruta tanto?

Además de que los cigarros cada día están más caros y que es una falta de respeto echarle humo a los que no fuman, los daños del humo del cigarro no sólo afectan su salud sino a la de todas las personas que le rodean. 


Fumar constituye la principal causa de enfermedad y de muerte que se puede evitar. Se considera como el principal factor de riesgo para tener un infarto o una embolia, enfisema y cáncer pulmonar. 


Además, en los cigarros se han encontrado muchas sustancias que son muy malas para la salud. 


Entre ellas, se encuentran las siguientes:


  1. Los alquitranes (benzopirenos y nitrosaminas), que son responsables del 30% de todos los tipos de cáncer (vejiga, riñón, páncreas, estómago, etc.), y del 90% del cáncer de pulmón.
  2. El monóxido de carbono, que es el causante de más del 15% de las enfermedades cardiovasculares.
  3. La nicotina, que es una sustancia con un gran poder de adicción similar al de otras drogas como la heroína o la cocaína y que produce dependencia física, psicológica y social.



Para comprender un poco mejor el daño que ocasionan estas sustancias, le explicaremos qué ocurre en su cuerpo cuando fuma:
  • Cada vez que fuma, su presión arterial se eleva por lo menos 5 puntos mmHg. Lo que ocasiona esta respuesta de su organismo es, por una parte, el monóxido de carbono, que al entrar en su cuerpo ocasiona que se estrechen sus arterias, haciendo que su corazón tenga que bombear más fuerte y más veces para llevar la sangre a todo el cuerpo elevando su presión arterial. Esto afecta a todas las arterias del cuerpo, desde los pies hasta la cabeza. Por otra parte, la nicotina, que es un estimulante como la cafeína o la cocaína, hace que su cuerpo produzca más adrenalina y esto eleva su presión arterial. Por lo tanto, fumar es el principal factor de riesgo para tener infartos. Si usted también tiene hipertensión arterial, colesterol o triglicéridos altos en la sangre, diabetes u obesidad es realmente necesario que deje de fumar, ya que de lo contrario será un candidato perfecto para un infarto al corazón o una embolia.
  • Por otra parte, fumar disminuye sus concentraciones de vitamina C en la sangre, irrita su estómago empeorando problemas como gastritis, úlcera o reflujo y también afecta a su intestino.
  • También le quita el sueño, ya que es un estimulante.
  • En general, acelera el proceso de envejecimiento en todo su cuerpo.



¿Es demasiado tarde para dejar de fumar?

No importa por cuánto tiempo haya fumado, cuando deja de fumar, su riesgo para muchas enfermedades disminuye. Si deja de fumar, en tres años tendrá el mismo riesgo para enfermedad de corazón de una persona que nunca ha fumado.


Existen muchos programas efectivos para dejar de fumar, como los parches de nicotina y otros medicamentos que le pueden ayudar a dejar de fumar.








El Cuidado de la diabetes

La diabetes es una enfermedad seria y afecta casi el cuerpo entero, pero usted puede controlar la diabetes y prevenirla si está al riesgo de contraerla, informándose y tomando acción. Le brindamos aquí algunas ideas y herramientas interactivas que le ayudarán a tomar decisiones saludables.



Tome medidas hoy para controlar la diabetes de por vida. [ Vea el artículo entero]





Mantenerla bajo control. [ Vea el artículo entero ]


Enlaces a recursos

Evalúe su salud con esta herramienta interactiva

Instituto Nacional de Salud Mental







Prevención de accidentes


Recámara.
  • Siempre coloque a su bebé sobre su espalda, sobre un colchón firme y plano en una cuna que cumpla con los estándares actuales de seguridad. No deje almohadas o cojines o juguetes de peluche sobre la cuna.
  • Asegúrese de que la cuna de su bebé sea firme y no tenga ninguna pieza suelta como tornillos o tuercas.
  • No coloque la cuna de su bebé o los muebles de su bebé cerca de las persianas de la ventana o cerca de los cordones de las cortinas.


Baño.
  • Guarde sus medicinas y productos de limpieza en contenedores con tapa de seguridad y en lugares en donde los niños no puedan alcanzarlos.
  • Siempre revise la temperatura del agua con su muñeca o codo antes de colocar a su bebé sobre el agua para bañarlo.
  • Nunca deje a su bebé solo en la bañera por ninguna razón.


Cocina.
  • No deje a su bebé solo en la silla alta (para comer), siempre utilice los cordones de seguridad.
  • Utilice las hornillas de atrás de su estufa para cocinar y mantenga los mangos de los sartenes volteados hacia la estufa.
  • Guarde bajo llave todos los productos de limpieza, cuchillos, cerillos y bolsas de plástico.


Sala.
  • Instale detectores de humo en cada piso de su casa especialmente en el área de la recámara y cambie las pilas cada año.
  • Utilice puertas de seguridad para bloquear las escaleras y protectores para los enchufes de electricidad.
  • Mantenga todos los objetos pequeños incluyendo los juguetes pequeños y globos fuera del alcance de los niños.






Vacunación

Las visitas regulares al pediatra o a la clínica de salud son una forma importante para mantener a sus hijos saludables.


Al asegurarse de que su hijo se encuentra al corriente con sus vacunas, usted le está proporcionando la mejor protección contra muchas enfermedades peligrosas. 


Las vacunas protegen a los niños contra: 
hepatitis B, polio, sarampión, paperas, rubéola, difteria, tétanos, tos ferina, Haemophilus influenzae tipo b, infecciones por neumococo y varicela. Todas estas vacunas deben ser aplicadas a los 2 años de edad para que puedan estar protegidos durante el período más vulnerable de los niños. 


Recuerde llevar un récord de las vacunas de sus hijos. También vea con su pediatra o enfermera en su clínica para ver si su hijo o hija requiere una re-vacunación o si hay alguna nueva vacuna que se recomienda. 


Para mayor información en español sobre vacunación, favor de acceder el sitio de Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés).  

Por favor haga clic aquí para continuar.



Vacuna de la hepatitis B (Hep B). 
Todos los niños deben recibir su primer dosis de hepatitis B después de nacer y antes de salir del hospital. 


La primera dosis también puede ser aplicada a los 2 meses de nacido si su madre es negativa para el antígeno de la hepatitis B (HbsAg-negativo). 


Sólo la vacuna monovalente de la hepatitis B puede ser utilizada para la primera dosis al nacer. La vacuna monovalente o combinada que contiene la Hep B puede ser utilizada para completar la serie de vacunas. Se deben aplicar 4 dosis de la vacuna si se utiliza la vacuna combinada. 



Vacuna de la hepatitis B (Hep B). 
Todos los niños deben recibir su primer dosis de hepatitis B después de nacer y antes de salir del hospital. 


La segunda dosis se debe aplicar a las 4 semanas después de la primera dosis a excepción por la vacuna que contiene Hib, la cual no debe ser administrada antes de las 6 semanas. 


La tercea dosis de la vacuna debe ser aplicada por lo menos 16 semanas después de la primera dosis y por lo menos 8 semanas después de la segunda dosis. La última dosis de la serie de vacunación (tercea o cuarta dosis) no debe ser administrada antes de los 6 meses. 


Los bebés que nacen de madres positivas para el antígeno de la hepatitis B (HbsAg-) deben recibir la vacuna de la hepatitis B y 0.5 mL de inmunoglobulina de la hepatitis B (HBIG) en las siguientes 12 horas después de nacer en diferentes sitios. 


Los bebés que nacen de madres cuyo estado del antígeno de la hepatitis B (HbsAg) deben recibir la primera dosis de la vacuna de la hepatitis B a las 12 horas de nacimiento. 


La sangre de la madre debe ser analizada cuando nace el bebé para determinar el estado del antígeno HbsAG. Si la prueba es positiva, el bebé debe recibir la vacuna HBIG tan pronto como sea posible (no más de una semana). 





Difteria, toxoide tetánico y pertusis o tos ferina acelular (DPT). 
La cuarta dosis de la vacuna de DPT debe ser administrada a los 12 meses considerando que han pasado 6 meses desde la tercera dosis. Los toxoides del tétanos y difteria se recomiendan a los 11 - 12 años si han pasado por lo menos 5 años desde la última dosis de tétanos y difteria. Se recomiendan re-vacunaciones contra el tétanos cada 10 años. 



Vacuna del Haemophilus influenzae tipo b (Hib) conjugada. 
Existen tres tipos de vacunas Hib conjugadas para uso en niños. La vacuna PedvaxHiB® or ComVax® (Merck) se administran a los 2 y 4 meses de edad. La dosis a los 6 meses no es requerida. 

Los productos de combinación de vacunas de DPT/Hib no deben ser utilizados para vacunar a bebés de 2, 4 y 6 meses pero pueden ser usadas como re-vacunaciones después de cualquier vacuna de Hib. 



Vacuna inactivada de polio (IPV). 
Todos los niños deben recibir 4 dosis de la vacuna de polio (IPV) a los 2 meses, 4 meses, 6 - 18 meses y 4 - 6 años. 



Sarampión, paperas y rubéola (MMR). 
La segunda dosis de MMR se recomienda a los 4 - 6 años, pero puede ser durante la visita al pediatra mientras hayan pasado 4 semanas desde la primera dosis y ambas dosis sean administradas a los 12 meses o después. Aquellos niños que no han recibido la segunda dosis deben completar un esquema antes de llegar a los 11 - 12 meses de edad. 



Vacuna contra la varicela. 
La vacuna contra la varicela se recomienda a cualquier edad o después de los 12 meses para niños susceptibles, por ejemplo, aquellos que no han padecido de varicela. Las personas susceptibles mayores de 13 años de edad deben recibir dos dosis con una separación de 4 semanas entre ellas. 



Vacuna neumocócica. 
La vacuna neumocócica conjugada (PCV) se recomienda para todos los niños de 2 - 23 meses. También se recomienda para ciertos niños de 24 - 59 meses y para ciertas personas con riesgo. Consulte a su pediatra o médico familiar. 



Vacuna contra la hepatitis A. 
La vacuna contra la hepatitis A se recomienda para ciertos estados y regiones selectivas y para ciertos grupos de alto riesgo. Consulte con su pediatra o médico familiar. 



Vacuna contra la influenza. 
La vacuna contra la influenza se recomienda anualmente para niños mayores de 6 meses con ciertos factores de riesgo (incluyendo pero no limitando al asma, enfermedad cardiaca, VIH, diabetes). Y puede ser administrada a cualquier persona para obtener inmunidad.








Menopausia

La menopausia es una de las etapas más importantes en la vida de una mujer. El aceptar la menopausia involucra un proceso de cambio y cada mujer experimenta esta transición en una forma individual y única. 
La mayoría de las mujeres se adapta a los cambios y continúan viviendo una vida sana y productiva durante esta transición.

La menopausia es una parte normal del proceso natural del envejecimiento. Marca el final de la menstruación y de su capacidad para embarazarse. La menopausia natural ocurre cuando una mujer no ha tenido un período menstrual o “regla” por más de un año entero. 
Ocurre cuando los ovarios dejan de liberar óvulos; generalmente un proceso gradual pero que puede pasar también repentinamente.

La perimenopausia es el período de cambios que llevan a la menopausia. Años antes de que una mujer deje de menstruar, presentará ciertos cambios, a este período de transición se le llama perimenopausia. 
La transición ocurre conforme las hormonas de una mujer comienzan a disminuir sus niveles altos necesarios para reproducirse. 
Puede tardarse entre 1 a 10 años, siendo el promedio alrededor de 3 años antes de la menopausia. “Climaterio” es otra palabra que se usa todo el tiempo y que significa lo mismo, cuando una mujer cambia de sus años reproductivos a los no reproductivos de su vida.
La menopausia inducida o quirúrgica ocurre si los ovarios son retirados o dañados.



¿Qué causa la menopausia?

La menopausia ocurre entre los 45 y 55 años de edad, siendo el promedio alrededor de los 51 años. La menopausia es el resultado de la falta de ovulación de los ovarios debido a que la producción de estrógenos (hormona) disminuye durante la perimenopausia.

Los niveles hormonales pueden fluctuar causando ciertos síntomas. Estos síntomas pueden presentarse y luego ausentarse.



¿Qué es lo que voy a sentir?

Los estrógenos (hormonas) actúan sobre muchos órganos en su cuerpo, incluyendo la piel, el sistema nervioso, huesos, sistemas cardiovascular y genitales. Los síntomas de la menopausia son el resultado de que los niveles de estrógenos bajan en cada uno de estos órganos.

Bochornos: 
Estos se sienten como una sensación de calor o falta de aire, causados por alteraciones en la tonicidad vascular en los vasos sanguíneos de la piel. Los bochornos frecuentemente se sienten como sudoración, palpitaciones y mareo.

Problemas para dormir: 
La menopausia puede causar dificultad para dormir y puede sentirse débil o con falta de energía para seguir durante el día.

Depresión y otras alteraciones psicológicas: 
Algunas mujeres sufren de depresión que se caracteriza por fatiga, llorar fácilmente, pérdida de interés en las actividades diarias y baja autoestima. La depresión requiere mucha atención y apoyo ya que puede convertirse en un problema grande si no se trata a tiempo con un médico.


Alteraciones sistémicas:

  • Osteoporosis: Los estrógenos son un elemento principal en el metabolismo del hueso y la ausencia de estrógenos causa una pérdida de calcio de los huesos conocida como osteoporosis. Contrariamente a lo que pensamos, la osteoporosis no comienza con la menopausia, pero años antes cuando los niveles de estrógenos comienzan a disminuir gradualmente. Esta es la razón por la cual se recomienda iniciar con un tratamiento de un suplemento de calcio y otros medicamentos tempranamente, antes de que los huesos sufran por pérdida de calcio.


  • Alteraciones cardiovasculares: Se ha comprobado que la ausencia de estrógenos puede elevar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluyendo la angina de pecho y el infarto al miocardio. El riesgo de desarrollar un problema cardiovascular en mujeres postmenopáusicas es equivalente a los hombres de la misma edad.











Prevención del cáncer del pecho

El cáncer del pecho es el tipo de cáncer más común en mujeres en los Estados Unidos y representa la causa principal de muerte en mujeres entre los 45 y 55 años de edad, siendo el segundo lugar el cáncer del pulmón.

Si usted es una mujer, ya tiene riesgo de cáncer del pecho. Continúe leyendo para aprender más de cómo prevenirlo.

El riesgo para desarrollar cáncer del pecho depende de una combinación de factores de estilo de vida y características personales conocidas como “factores de riesgo”. 
Los siguientes factores de riesgo se relacionan al cáncer del pecho y pueden ayudarle a darle seguimiento con su médico o profesional de la salud:

  • historia familiar de cáncer de pecho, especialmente su madre, hermana(s) o hija(s)
  • edad (en general, entre más grande sea, mayor el riesgo).
  • no tener hijos propios.
  • tener su primer hijo o hija después de los 30 años.
  • primera menstruación a una edad muy temprana.
  • historia de enfermedad de la glándula mamaria que requiere biopsias.
  • factores hormonales: el uso de terapia hormonal de reemplazo puede asociarse con un aumento en el riesgo de cáncer del pecho.
  • dieta y estilo de vida: los estudios encuentran que existe un aumento en el riesgo de cáncer del pecho en mujeres que llevan una alimentación alta en grasas y que toman alcohol. El ejercicio (especialmente en mujeres jóvenes) se asocia con una disminución del riesgo de cáncer del pecho.



Modificando sus factores de riesgo

Algunos factores de riesgo como la edad y la historia familiar no pueden ser modificados, otros sí. 

Es por esto que usted debe conocer sobre otras medidas preventivas para cambiar los otros factores de riesgo que sí pueden ser modificados como:
  • Coma una dieta saludable incluyendo vitaminas, antioxidantes, frutas y verduras.
  • Evite el sobrepeso y haga ejercicio regularmente.
  • Reduzca el tiempo de uso de anticonceptivos.
  • Si es posible, tenga sus embarazos antes de los 35 años.
  • Dé pecho por lo menos 6 meses.
  • Limite o evite el uso del alcohol.
  • Hágase un auto-examen del pecho cada mes, siete días después de su menstruación. Si usted ya no menstrúa, elija un día del mes y hágase el auto-examen ese día todos los meses.
  • Visite a su ginecólogo cada año para que él o élla le realice un examen del pecho.
  • La Sociedad Americana de Cáncer recomienda una mamografía (para ayudar a identificar cualquier cambio en sus pechos) para las mujeres de 35 a 39 años de edad (primer mamograma) y para las mujeres de 40 años o más, un mamograma anual.
  • Si existe cáncer del pecho en su familia, platique con su doctor y pregunte sobre las pruebas genéticas y si éstas pueden ser de beneficio para usted. Si existe una mutación genética, existen varias alternativas para prevenir el desarrollo del cáncer del pecho.






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