jueves, 5 de diciembre de 2013

Síntomas de la enfermedad

 
La insuficiencia cardiaca se manifiesta a través de una serie de síntomas principales, que aparecen cuando la insuficiencia cardiaca está instaurada:

Disnea o fatiga al respirar. El paciente se fatiga, síntoma que se hace mucho más marcado cuando el corazón tiene que hacer un sobreesfuerzo como subir escaleras, caminar más deprisa, o, en ocasiones, hablar y caminar a la vez o comer. 

Precisamente se tiene una idea del grado de afectación del corazón de un enfermo de insuficiencia cardiaca, según que la disnea aparezca en reposo e incluso acostado en la cama, ante un mínimo esfuerzo, o con un esfuerzo algo superior. 

La disnea aparece también en algunas enfermedades pulmonares, por lo que el médico valorará la causa en cada caso.

Sensación de mucho cansancio, aun sin haber hecho ningún esfuerzo, e importante sensación de debilidad.

Edema de las piernas y de los pies, por acúmulo de líquido en las partes distales del organismo (piernas y pies), debido a que el corazón no tiene suficiente fuerza para bombear y trabajar con todo el líquido circulante y, en respuesta, es el líquido con el que tiene que hacer más esfuerzo, luchando contra la fuerza de gravedad, el que más le cuesta mover. 

Las piernas están hinchadas, al igual que los pies, en diferente grado, y al presionar sobre estas zonas el médico comprobará si la hinchazón se debe al edema por la insuficiencia cardiaca o a otras posibles causas. 

Uno de los objetivos del tratamiento será facilitar la eliminación de este exceso de líquido, porque supone, además, un esfuerzo permanente añadido para el trabajo del corazón.

Tos que no desaparece y se debe a que igual que se puede depositar líquido en las piernas y en los pies, en otros momentos se deposita en los pulmones, produciendo un edema pulmonar, que además de las dificultades respiratorias, provoca tos permanente.

Hay una forma de fatiga o de disnea que se produce por la noche, cuando el enfermo está tumbado en la cama, una se cuyas causas se debe a que el líquido que estaba acumulado en las piernas y en los pies, al desaparecer la fuerza de gravedad, vuelve al torrente sanguíneo, y provoca una demanda de mayor trabajo del corazón que, en esos momentos debe bombear más líquido. 

Se denomina disnea paroxística nocturna y despierta al paciente con una importante sensación de ahogo.

También pueden aparecer otros síntomas más inespecíficos como sensación frecuente de náuseas, pérdida de apetito y pérdida de peso -el acto de comer supone un esfuerzo más, y el enfermo pierde el apetito- y confusión mental-


continua.......

Causas y factores de riesgo de la enfermedad

 
La insuficiencia cardiaca es, con frecuencia, el resultado de otras enfermedades o alteraciones, y se considera que su origen suele ser multicausal.

Entre esas enfermedades o alteraciones se encuentran:

Hipertensión arterial, que a medida que se mantiene y avanza va afectando a diferentes órganos y termina por provocar insuficiencia cardiaca.

Enfermedad coronaria, que por estrechamiento de las arterias coronarias debido a arterioesclerosis, puede provocar un infarto, pero también insuficiencia cardiaca.

Las miocardiopatías son alteraciones de la musculatura cardiaca, unas de origen congénito y otras adquiridas por infecciones, por abuso de alcohol y por consumo de drogas. La reducción del trabajo cardiaco que ocasionan las miocardiopatías provoca, como consecuencia, insuficiencia cardiaca. Dentro de las miocardiopatías están las miocarditis producidas por una infección vírica. El enfermo tiene que llevar un seguimiento médico adecuado para evitar que se produzca un fallo cardiaco.

Valvulopatías, que dificultan el trabajo del corazón, impidiendo que la sangre bombee bien, ya sea porque las válvulas no abren del todo -estenosis valvular- o porque no cierran bien -insuficiencia valvular-.Las valvulopatías pueden ser congénitas o adquiridas a lo largo de la vida pero deben ser vigiladas periódicamente por el médico por si hay que realizar alguna intervención en ellas.

Hay grados de estenosis e insuficiencias valvulares que se toleran bastante bien y el enfermo podrá llevar una vida prácticamente normal. 

No está indicado operarlas ni sustituirlas, y es suficiente con hacer vigilancia de su evolución y lo que es muy importante, prevención o profilaxis de infecciones o de daños añadidos a estas válvulas: el médico le dirá que tiene que hacer para prevenir las infecciones sobre las válvulas cardiacas, por ejemplo cuando acuda al dentista o cuando vaya a someterse a una intervención quirúrgica. En estas situaciones controladas,.

Cuando la estenosis o la insuficiencia valvular se agravan, el cardiólogo propondrá al enfermo una intervención que, en función de la patología, podría llevarse a cabo a través de cateterismo, o mediante intervención directa en el corazón. La evolución en el tratamiento de las valvulopatías ha sido muy grande en los últimos años y, a pesar de los riesgos que tiene toda intervención, los resultados son muy satisfactorios.
  Corazones

Las alteraciones de la frecuencia cardiaca, tanto si se deben a bradicardia -enlentecimiento de la frecuencia- como a taquicardias, deben ser tratadas adecuadamente para evitar que se desarrolle una insuficiencia cardiaca. 

Cuando se altera la frecuencia cardiaca se pierde la función fisiológica de llenado y vaciado cardiaco, y el corazón no envía toda la sangre que el organismo demanda, como ocurre en la bradicardia, o por el contrario la taquicardia hace que vaya muy deprisa pero sin que los ventrículos se llenen y se vacíen por completo  y, en ambos caso, el músculo cardiaco se va viendo afectado hasta que se produce la insuficiencia.

Otras arritmias, como la fibrilación auricular, facilitan la producción de trombos que serán lanzados al torrente sanguíneo y pueden provocar fenómenos tromboembólicos. 

Este riesgo añadido, puede  causar problemas graves en el propio corazón o en otras zonas del organismo.

- Hay otras causas potenciales que pueden facilitar el desarrollo de insuficiencia cardiaca, tales como la anemia o el hipertiroidismo. 

CorazónLa mayor parte de estas alteraciones descritas tienen tratamiento. Pero el enfermo debe implicarse y ser constante en el seguimiento de su insuficiencia cardiaca para evitar que se descompense y, además de requerir un ingreso hospitalario, pueda ponerse en peligro su vida.



¿Cómo se diagnostica?




Ante la presencia de síntomas de insuficiencia cardiaca su médico de familia realizará la historia clínica que incluye el examen físico y, es probable que le pida algunas pruebas para confirmar el diagnóstico y para valorar el grado de insuficiencia que padece.

Entre las pruebas pueden incluirse un análisis de sangre y un análisis de orina, que se utilizarán también para descartar otras enfermedades que puedan causar los síntomas o que puedan coexistir con la insuficiencia cardiaca. 

También valorará la presencia de alteraciones que pueden aumentar el riesgo o la gravedad de la insuficiencia cardiaca, como los niveles elevados de colesterol o el funcionamiento renal.

A veces o si procede se investiga una sustancia específica en la sangre denominada péptido natriurético, que se segrega en exceso cuando el corazón trabaja en condiciones de sobreesfuerzo y que informa acerca de la gravedad de la insuficiencia, que será mayor cuanto más altas sean las cifras.

Le indicará una radiografía de tórax, para valorar el tamaño de las cámaras  cardiacas y el posible grado de afectación de los pulmones, a causa de la insuficiencia cardiaca. Se utiliza también para descartar otras enfermedades.

Le realizará también un electrocardiograma (ECG) para valorar cómo funciona su corazón y si ha padecido alguna lesión previa, aún sin que le hubiera sido diagnosticada hasta ese momento. 

El funcionamiento del EKG se basa en que el corazón tiene una actividad eléctrica que puede medirse desde el exterior y según las ondas que produce se comprueba si el corazón tiene alguna lesión, así como la existencia de alteraciones de esa transmisión eléctrica que son características de determinadas patologías.

Probablemente también le realizarán un ecocardiograma para comprobar el funcionamiento dinámico del corazón, sin que para esta prueba se necesite introducir ningún catéter en su organismo. 

El ecocardiograma es una prueba cada vez más frecuente, porque permite estudiar el estado y funcionamiento de las estructuras orgánicas, y en particular estructuras cardiacas, a través de un método que no produce radiación sino que emplea ultrasonidos.

Esta prueba resulta inofensiva, sin riesgo y, tan sólo puede resultar algo molesta por la presión que ejerce, en ocasiones, sobre determinadas zonas del tórax o del cuello la sonda que transmite los ultrasonidos. 

Para que el ecógrafo detecte lo mejor posible las estructuras a través de los ultrasonidos, se utiliza un gel que, además de efectos lubricantes para que la sonda se mueva con más facilidad, también facilita la mejor transmisión de los ecos.

En algunas ocasiones se realiza un ecocardiograma transesofágico, que consiste en que la sonda que emite y capta los ecos, en vez de colocarse en la superficie del tórax, se introduce a través del esófago para aproximarse lo más posible a las estructuras del corazón. En este caso el tipo de sonda es muy fino y se introduce tras haber sedado al paciente.

Tanto el electrocardiograma como el ecocardiograma se pueden valorar en reposo como mediante el denominado test de esfuerzo, que consiste en someter el corazón a una situación de ejercicio controlado que produce mayor demanda cardiaca, para comprobar sus respuestas.




¿Cómo se trata?


A pesar de que la insuficiencia cardiaca evoluciona, generalmente, de forma crónica ésta es una enfermedad que puede ser grave y causar la muerte, por lo que el tratamiento debe ser constante y el paciente y su familia deben estar al corriente de cualquier alteración que pueda significar un riesgo  de complicación.

El tratamiento de la insuficiencia cardiaca va dirigido a conseguir que el corazón funcione lo mejor posible, a eliminar los síntomas de la enfermedad y a evitar que se descompense y se agrave.

El médico indicará un tratamiento para que el corazón trabaje con la fuerza que sea posible, para reducir la disnea, para reducir el edema de las piernas y los pies, para reducir el riesgo de producción de trombos y para el resto de los síntomas, que pueden ser leves o muy marcados. 

Este tratamiento pretende mejorar los síntomas, reducir los riesgos directos para el corazón, evitar las complicaciones y conseguir que el paciente pueda convivir con su enfermedad estabilizada y en las mejores condiciones. 

Entre los medicamentos más habituales se encuentran los derivados digitálicos, los diuréticos y otros fármacos antihipertensivos, así como otros para controlar los niveles de colesterol y antiagregantes plaquetarios para evitar los trombos. 

El control de la insuficiencia cardiaca dependerá de las causas que han ocasionado la enfermedad. Los diferentes tratamientos pueden conseguir la situación que originó la insuficiencia y entonces se modificarán las condiciones. 

Por ejemplo si la insuficiencia cardiaca se debe a una valvulopatía, la sustitución de la válvula afectada puede resolver el problema. O un paciente con arritmia al que se coloca un marcapasos puede ver como sus síntomas se reducen o se eliminan.

Al tratarse de una enfermedad crónica es fundamental que el paciente tome conciencia de lo que le ocurre y participe activamente en el control de su enfermedad. 

Por supuesto que depende del grado de afectación de cada enfermo, pero cuando el paciente se implica y sabe lo que hacer en cada caso, las probabilidades de estabilidad de su enfermedad son muy altas y le permiten llevar una vida normal. 

Cuando no es así, las descompensaciones producen muchos ingresos hospitalarios por complicaciones e incluso a la muerte. 

Tras lo expuesto anteriormente, si usted tiene una insuficiencia cardiaca debe saber que junto a los tratamientos médicos es fundamental la adecuación o modificación de los estilos de vida. 

Vd. puede hacer mucho por controlar su enfermedad y debe conocer los síntomas de alerta por los que debe consultar con su médico de familia. Médico y enfermera establecerán su plan de tratamiento y su plan de cuidados; si tiene dudas, consúlteles. 

El plan marcará la regularidad de las visitas que debe hacer y los signos que debe vigilar. Si el médico de familia lo considera necesario le enviará a que le revise otro profesional o a realizarse alguna prueba específica.

Preste atención al tratamiento que le han indicado, porque además de ir dirigido a los síntomas que presenta, tiene como objetivo evitar las complicaciones de la insuficiencia cardiaca.



Consejos para mejorar la calidad de vida

 
Ante un diagnóstico de insuficiencia cardiaca debe tomar conciencia de una serie de medidas básicas para evitar que la enfermedad avance y se complique.
Consejos para mejorar la calidad de vida

Deje de fumar y evite los ambientes con humo de tabaco. El tabaco aumenta el riesgo de sufrir un infarto y su riesgo, al sufrir una insuficiencia cardiaca ya es mayor. El tabaco lo incrementa mucho más.

La alimentación a seguir debe ser saludable. Es recomendable una dieta equilibrada, rica en verduras, ensaladas, frutas, pescados y que contenga pocas grasas saturadas. 

Es posible que, en función de los resultados de sus análisis, le recomienden reducir algún tipo de alimento.

Evite añadir sal a las comidas. La sal aumenta la tensión arterial porque retiene más líquidos en el organismo. 

Como la insuficiencia cardiaca produce edemas en piernas y pies y puede producir también un edema en los pulmones, si toma sal en las comidas, el edema aumentará aún más y el corazón tendrá que realizar más trabajo para conseguir realizar su función. Si toma sal, el ri

esgo de complicaciones será mayor. Se acostumbrará muy pronto a tomar las comidas sosas, a las que si lo necesita, siempre podrá añadir algún producto que dé sabor y no perjudique su salud, como limón, pimienta molida u otras especias.

Si tiene sobrepeso u obesidad debe perder el  peso que le sobra. Eso ayudará a su corazón que no tendrá que realizar un sobreesfuerzo habitual.  

Si sus condiciones lo permiten debe realizar actividad física de manera cotidiana. Puede ser suficiente con caminar a diario con el tipo de marcha y la distancia que le indique su médico.
Recuerde vacunarse de la gripe todos los otoños.

si no  

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